viernes, 18 de marzo de 2011

Yusú.


Lo recibo con una sonrisa pletórica cada uno de julio,el me mira,me esboza una sonrisa pero en sus ojos veo un ápice de nostalgia,esa nostalgia de estar a millones de quilómetros de sus padres y de sus cuantro hermanos.Jamás llora,nunca lo he visto derramar una lágrima,se cae y se levanta el solito como si nada hubiese pasado,ojalá supiese aprender de él.El nunca te pedirá nada,jamás se antojara,no se tirará por el suelo pataleando porque no le has comprado ese coche teledirigido,el no se ha educado en una sociedad consumista,porque es tan simple como que allí no hay que consumir.La gente que viaja allí dice que sólo hay arena y cielo.El desea llegar aquí,desea que Iván lo coja en el colo,desea que Adrián lo lleve en su moto,desea los mimos de su hermano mayor...desea salir lo que él ve con ojos de lo suyo,pero nosotros sabemos que es un infierno.

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